Ciudad de México — La disponibilidad de agua en el Valle de México se desploma: de 191 metros cúbicos por habitante (m³/hab) en 2005 a 136 m³/hab proyectados para 2030, alertó Eduardo Vega López, titular de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoUS) de la UNAM. Durante la mesa redonda “Los glaciares y los volúmenes disponibles de agua para la humanidad y la naturaleza”, organizada por la CoUS en el marco del Día Mundial del Agua 2025, expertos urgieron a replantear políticas públicas ante una crisis que amenaza la seguridad económica y ambiental del país.
Presión hídrica y sequía: Un coctel explosivo
Vega López, especialista en Economía Ambiental, subrayó que la presión hídrica —calculada por el volumen de agua disponible por persona— se agrava por el crecimiento poblacional y la reducción de recursos. A esto se suma una sequía severa que, al 15 de marzo de 2024, impactaba al 62% de 32 distritos prioritarios, incluyendo zonas metropolitanas como Monterrey, Tijuana, Hermosillo y Chihuahua.
«Si el volumen de agua sigue descendiendo y la población aumenta, el acceso se volverá un privilegio. Urgen diagnósticos actualizados por sector y región», advirtió.
Agua vs. Economía: Riesgos en cadenas críticas
Karina Caballero Güendulain, académica de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, presentó avances del proyecto Modelos input-output sobre riesgos financieros relacionados con la naturaleza, que utiliza la herramienta ENCORE (Exploring Natural Capital Opportunities, Risks and Exposure). Esta plataforma, actualizada en 2024, analiza cómo 271 subsectores económicos dependen de servicios ecosistémicos, como el agua, y evalúa impactos en 13 áreas, desde contaminación hasta emisiones.
«La escasez hídrica ya afecta cadenas clave. Por ejemplo, el maíz —esencial para México— verá alzas de precio por menor disponibilidad de agua, lo que impactará la seguridad alimentaria», explicó Caballero, quien colabora con el Banco Mundial y el Colegio de México.
América Latina: Seguridad hídrica en rojo
Rafael Val Segura, coordinador del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua en la UNAM, reveló que el Índice de Seguridad Hídrica para América Latina y el Caribe pasó de 586 puntos en 2015 a 650 en 2022 (en una escala de 1,000). Aunque hay avances, la región está lejos de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030.
«México está entre los países con menor seguridad hídrica, junto con Argentina y Perú. Chile, Brasil y Uruguay lideran, pero todos necesitan más inversión: a mayor crecimiento económico, mayor seguridad hídrica», afirmó Val Segura.
Claves para el desastre
Valle de México: Disponibilidad de agua por habitante caerá 28.8% entre 2005 y 2030.
Sequía 2024: 26 zonas metropolitanas en riesgo, incluyendo Monterrey y Mexicali.
Impacto económico: Proyectos como ENCORE pronostican alzas en precios de alimentos y quiebras en sectores dependientes del agua.
Falta de inversión: América Latina requiere USD 30,000 millones anuales para alcanzar los ODS, según ONU-Agua.
¿Qué sigue?
Actualizar la Ley de Aguas Nacionales para priorizar usos estratégicos.
Impulsar tecnologías de reúso y captación pluvial.
Coordinar acciones entre gobiernos, academia y sector privado.
«Sin agua no hay futuro. Debemos actuar hoy, no cuando los grifos estén secos», concluyó Vega López.